El ritmo de las ocupaciones, el trabajo, el ir y venir, tantas cosas por que preocuparse evita hoy en día a la gente darse el tiempo para degustar de las delicias del buen comer, no solo se habla del sabor, se habla de la salud, eso es lo que promueve el movimiento del slow food que significa lo contrario a lo que comúnmente conocemos como “comida rápida”.
La comida rápida aunque lleva la delantera en sus bajos precios sus grandes publicidades a la vista de cualquier transeúnte, no alcanza la mixtura de los productos que se otorgan al bienestar de la alimentación y el buen gusto por la comida ecológica.
Desde sus inicios en 1986 hasta 1989, “Slow food” es un movimiento que difunde la responsabilidad del comer a consciencia y saludablemente prefiriendo la protección de la biodiversidad entre productos naturales y productores simbolizando esta corriente internacional por un caracol que hace propiedad a sus siglas en ingles Slow “lento” .
Un lento proceso por el cual se pretende aprender a saborear y deleitarse con la comida sin transcender en obsesión compulsiva como se llega con el “Fast food”, o “Fast life” que convierte el placer de comer para una mejor función orgánica en un simple habito o ritual sin beneficio único que es engordar y comprometer la salud.
Hoy en día este movimiento cuyo objetivo de educar para la alimentación y progreso se aplica en creaciones de jardines así los más pequeños toman interés por los productos orgánicos y cosecha de frutos, que para su desarrollo la alimentación de slow food es mucho mas valiosa que el no dedicarse un tiempo para realizar mejor las cosas. Ahora si sigue pensando que ahorrar tiempo le ahorrara minutos, piense en la misión que tiene este movimiento para aumentar sus seguidores y aumentar la calidad de vida empezando por la alimentación como algo mas que una necesidad humana.