Estamos hablando de una dieta estricta, ya que posee un aporte calórico bastante bajo, de tan sólo 900 calorías. Se recomienda a aquellas personas que necesitan perder peso, de manera rápida. Eso sí, al ser una dieta restrictiva, no podemos realizarla por un período superior a cinco días, para no tener problemas de desnutrición, a causa de la falta de alguna vitamina o algún mineral.
El secreto está en consumir porciones pequeñas y, después de conseguir el peso que queremos, mantenernos con la ayuda de una dieta de mantenimiento.
A la hora de desayunar, y a la merienda, debemos tomar una infusión acompañada de leche y una fruta -se puede elegir entre: naranja, pomelo, pera, durazno, ciruela, piña, manzana o 15 ciruelas-.
A la hora de almorzar: un plato de ensalada fresca -puede llevar lechuga, espinacas, brócoli, champiñones, zanahorias, tomate, coliflor, repollo o cualquier verdura, eso sí, hay que olvidarse de patatas o maíz-. La condimentaremos con una cucharadita de aceite de oliva, vinagre, sal o limón.
De postre, una fruta de las dichas anteriormente.
A la hora de cenar, tomaremos una porción de verduras cocidas -pueden ser zanahorias, zapallito, zapallo, espinacas, remolacha, acelgas, grelos o nabizas. Da igual lo que elijamos, a la hora de condimentar debemos hacerlo con una cucharadita de aceite de oliva; 200 gramos de carne – puede ser carne de ternera, pollo sin piel, pescado de mar o legumbres verdes. De postre, 100 gramos de queso de pasta fina, que sea desnatado. 🙂
